La paradoja del buen político

Hay un fenómeno en política que considero inexplicable: Cuanto más gusta un candidato menos se le vota (me imagino que por eso es tan sonada la única excepción de Barack Obama)
Hace poco corrió por internet un enlace con una brillante intervención de Daniel Cohn-Bendit sobre la crisis griega donde sacaba los colores al más pintado. Los comentarios más generalizados eran elogiosos y alguno incluso en la línea de: "un político así necesitamos en España", o "¿porqué no le puedo votar?" (este último creo que no estaba enterado de que si votas a su opción política en las elecciones al parlamento europeo ¡le votas!) Y no sólo había intervenciones locales, había comentarios en la misma línea en varios idiomas. En fin, pues la formación política de Cohn-Bendit no es que arrase, precisamente, en las europeas. La mayoría se decanta por las fuerzas políticas tradicionales que con tanto ahinco se empeñan en criticar furiosamente. ¿Que oscuro impulso nos mueve a hacer eso? ¿tenemos algo de masoquismo ideológico?
Otro ejemplo en España fue nuestro queridísimo Jose Antonio Labordeta. Hace ya unos cuantos días de su fallecimiento y no se han oído más que alabanzas de su personalidad y su prestigio y fama de honrado como diputado. Me diréis: claro porque está muerto. ¡Pero es que en vida le profesaban un respeto reverencial hasta los adversarios políticos más opuestos! Si el aprecio de la gente fuera acompañado de votos ¡Labordeta ya habría ganado 3 elecciones generales seguidas!

No me extraña nada que Manuel Pimentel haya abandonado la política ¡Era uno de los políticos más apreciados en su partido! habrá pensado: caigo bien... ergo, no tengo futuro en esto... ¡Mejor me dedico a otra cosa!

¡Socorro, un pobre!

No se qué pasa últimamente, que con la crisis, en lugar de ser duros con los responsables (con nombre, apellidos y la mayoría, coche oficial o helicóptero privado) la opinión pública reclama daños a las mayores víctimas de ella.
Últimamente se han extendido una serie de leyendas sobre la inmigración que han calado preocupantemente en muchas personas, la mayoría de ellas profundamente desinformadas. No creo que a los trabajadores en paro tras un expediente de regulación de una gran empresa les haya despedido un marroquí sin papeles, ni tampoco creo que el banquero que les aconsejó irresponsablemente meterse en una hipoteca que no podían pagar y que les llevaría a la ruina familiar, fuera un gitano rumano. Ni que un señor latino, a punta de pistola, haya amenazado a nadie para que pidiera un crédito para salir de vacaciones o comprar una tele de plasma con el fin de hacer el nuevo rico por ahí, como hemos hecho muchos, que por otro lado nos creímos eso de la prosperidad y tragamos con ruedas de molino.

Sin ir más lejos, un día iba con alguien por el centro y había un grupo de tres gitanos rumanos HABLANDO entre ellos y me dice la persona que me acompaña: ¿Ves? eso es lo que no puede ser! Aún me pregunto qué es lo que no puede ser, ¿que hablen? ¿que vistan faldones? ¿o que EXISTAN?
Claro, es que no tenían un aspecto muy acorde al de urbanita burgués. Es decir, parecían pobres y, claro, es que hacen feo, y si piden que les des una moneda buenoooo, eso es algo inadmisible. "Es que no trabajan" se queja una. Toma claro, pues por que de eso no hay, señora.
"Es que tú no vives con ellos" es otra de las frases tópicas que te sueltan, como si supieran dónde vives y con quién! Como decía acertadamente Maruja Torres en su columna del EPS, eso es una frase que ha seguido siempre a un incendio de viviendas de los "otros" justificando el racismo con la docilidad envenenada del bienpensante

Intelecto y tetas...

Tengo la firme convicción de que la vida crea sus propios equilibrios sin que seas consciente de ello.
Me explico: a mi chico, periodista cultural sesudo le han propuesto dirigir una revista conocida en el mercado editorial, en uno de los grupos editoriales más importantes de este país. Me diréis: coño! estará contento! No se si lo está o no, pues la revista en cuestión es de TETAS. Si señores, y no de unas tetas cualesquiera sino las de señoras tan "mediáticas" como María Lapiedra, Miriam Sánchez y un largo catálogo de misses-que-se-acostaron-en-su-día-con-famoso, carne de Sálvame o DEC. Sí señores! Ahí lo tienen: yendo a fiestas de famosillas de medio pelo y pendiente de la prensa rosa-viscera para estar al día de los últimos chismorreos del famoseo, en lugar de estar por los festivales de cine asiático haciendo entrevistas a directores coreanos!

Juas juas juas, o como escriben los chavales: XDXDXD

PD: Te quiero, vida. No es nada personal, es que da mucha risa todo

Alergia a lo nuevo

Ultimamente me he dado cuenta de que gente a la que se le presupone una cierta apertura de miras se está "retrogradizando" por momentos. Me explico: Hace unos días que se terminó el festival de Cannes de cine y ganó un director tailandés con un nombre que parece inventado por Chiquito de la Calzada (con todo mi respeto). Resulta que por lo visto el susodicho director tuvo la osadía de hacer una película de esas "de autor" que encandila a los gafapastas irredentos y a los cinéfilos más frikis. No seré yo la que defienda ese tipo de cine, que reconozco que me sume en un tremendo sopor, pero supongo que si un jurado con un alto prestigio y conocimientos cinéfilos le concede la Palma de Oro es porque el tipo tiene grandes virtudes artísticas que los entendidos saben ver (y a lo mejor los profanos si hacemos un pequeño esfuerzo, también. Reconozco en mí, no sin rubor, una cierta pereza intelectual). Pues bien, se ve que Carlos Boyero, una especie de Jiménez Losantos de la crítica de cine, despues de ponerlo de vuelta y media afirma sobre las posibles quejas de los espectadores que "Si no se llena el libro de reclamaciones prometo plantearme la súplica para ser internado en un frenopático, aceptar trágicamente que mis gustos ya no pertenecen a este mundo." Pues a lo mejor sí son de este mundo pero muy circunscritos a un pequeño ámbito y a un sólo concepto de cine: el tradicional. Es como un antiguo compañero de trabajo que decía que desde Led Zeppelin no se hace buena música. Ya son años sin hacer buena música ¿eh?
Hoy, sin ir más lejos, también he leído el elogio que le dedica Quim Monzó al libro del cocinero David de Jorge, porque ridiculiza la nueva cocina experimental estilo Ferran Adrià, con chascarrillos -he de reconocer- bastante ocurrentes y graciosos. Me he reído mucho porque mucha gente piensa que es verdad, que lo de las albóndigas de centeno nitrogenado al aroma del agar agar es una chuminada que se ha inventado un listo para cobrar 100€ el plato, pero... ¿no estaremos siendo como esos abuelos cascarrabias que dicen que todo se está perdiendo y que lo de antes era mejor, sin molestarse en conocer lo de ahora? ¿no estamos dejando que el curso de la vida nos pase por el lado sin detenernos a probar/leer/ver por una absurda combinación de prejuicios y miopía intelectual?

Esto me recuerda a una excelente profesora de historia del arte que tuve que, ante las críticas feroces que algunos alumnos hacían al arte abstracto (¡la arrogancia de la juventud!), nos decía: "Miraos todos un momento cómo vais vestidos y peinados: la mayoría vestís con ropa a la última y teneís un aspecto muy actual. Pues parece mentira que personas tan modernas vistiendo tengan un concepto tan antiguo de lo que debe ser el arte. Pensadlo bien"

"Hoy voy a hablar de mi libro"

Mi gafapasta me llevó hace unos meses a una presentación de un libro de una escritora amiga suya. Teniendo en cuenta los gustos literarios de mi chico suspiré y pensé: "en fín, lo que hay que hacer por amor..." Pero al ver de qué iba cambié de opinión. El libro en cuestión recoge los artículo publicados durante los últimos años sobre sexo y otros temas. Si si, ya se que estáis pensando: ayyy que guay como Carrie Bradshaw. Pues no. ¡Y me alegro!
Está escrito por una "madre y esposa en la vida" que da la casualidad que es escritora. Y ahí radica su atractivo: compagina su vida familiar con su trabajo de periodista-kamikaze sexual desprovisto de prejuicio alguno: si tiene que escribir sobre algo, se sumerge en ello pero a lo bestia. Si hay que escribir sobre sado ¡pues te subes al escenario de un show y pides que te azoten! Si se trata de chamanismo en Perú, ¡pues pruebas la ayahuasca y que sea lo que Dios quiera! ¡Con un par! Eso sí es periodismo gonzo de verdad. Para los interesados en esta maravilla:
el libro: Sexografías
La escritora: Gabriela Wiener

"Voy a alquilar una peli"

No, no va a al videoclub a alquilar 'la Jungla de Cristal XII'. También es violenta, pero eso sí, de Haneke (aún hay clases). O un rollo dogma de Lars Von Trier (socorro). La frase que encabeza esta entrada evoca mis peores pesadillas. Antes de que introduzca el DVD en la ranura, intento mirar sin que se de cuenta la duración del mismo. Y digo "sin que se de cuenta" porque, de lo contrario, me veo abocada a un rosario de explicaciones:
-¿Cariño, qué miras?
-La duración
-Jo! o sea que mis peliculas te aburren...
-No, no es eso, cielo. Es que no tengo hoy el cuerpo para rollos intelectuales.
-Pero si es muy buena. Tampoco es tan intelectual. Dale una oportunidad. Ya verás como te gusta...
No impone las cosas, ni siquiera usa el chantaje emocional... es aún más sutil y eso hace que su sadismo tenga un refinamiento que para sí lo quisiera el mismísimo marqués.

Músicas varias

¡Qué pesada la tía! diréis, pero es que nunca he comentado nada sobre su afición a la música, digamos "dificil"
Que a qué me refiero? a una especie de distorsión sonora que hace que corras hacia tu reproductor de música a ver si es que el lector de cd se ha estropeado. Pues no, es que es así. Me es difícil describirlo pero lo intentaré: es una especie de sucesión de ruidos diferentes que abarcan una gama entre una apisonadora y un minipimer intentando machacar guijarros. Llamadme ignorante, pero eso no hay quien lo aguante por muy buenas críticas que haya tenido entre los entendidos del cotarro musical indie.