¡Socorro, un pobre!

No se qué pasa últimamente, que con la crisis, en lugar de ser duros con los responsables (con nombre, apellidos y la mayoría, coche oficial o helicóptero privado) la opinión pública reclama daños a las mayores víctimas de ella.
Últimamente se han extendido una serie de leyendas sobre la inmigración que han calado preocupantemente en muchas personas, la mayoría de ellas profundamente desinformadas. No creo que a los trabajadores en paro tras un expediente de regulación de una gran empresa les haya despedido un marroquí sin papeles, ni tampoco creo que el banquero que les aconsejó irresponsablemente meterse en una hipoteca que no podían pagar y que les llevaría a la ruina familiar, fuera un gitano rumano. Ni que un señor latino, a punta de pistola, haya amenazado a nadie para que pidiera un crédito para salir de vacaciones o comprar una tele de plasma con el fin de hacer el nuevo rico por ahí, como hemos hecho muchos, que por otro lado nos creímos eso de la prosperidad y tragamos con ruedas de molino.

Sin ir más lejos, un día iba con alguien por el centro y había un grupo de tres gitanos rumanos HABLANDO entre ellos y me dice la persona que me acompaña: ¿Ves? eso es lo que no puede ser! Aún me pregunto qué es lo que no puede ser, ¿que hablen? ¿que vistan faldones? ¿o que EXISTAN?
Claro, es que no tenían un aspecto muy acorde al de urbanita burgués. Es decir, parecían pobres y, claro, es que hacen feo, y si piden que les des una moneda buenoooo, eso es algo inadmisible. "Es que no trabajan" se queja una. Toma claro, pues por que de eso no hay, señora.
"Es que tú no vives con ellos" es otra de las frases tópicas que te sueltan, como si supieran dónde vives y con quién! Como decía acertadamente Maruja Torres en su columna del EPS, eso es una frase que ha seguido siempre a un incendio de viviendas de los "otros" justificando el racismo con la docilidad envenenada del bienpensante

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